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viernes, 21 de mayo de 2010

ESCUCHA A TU VOZ INTERIOR

Hoy tenía que realizar un trámite. Di vueltas prácticamente toda la mañana hasta que por fin me decidí a ir.

Al caminar un par de cuadras comenzó a lloviznar. Sentía un murmullo en mi interior que me decía que me de la vuelta y vuelva a casa.

Pero como me costó salir y ya estaba afuera ya no quería dar marcha atrás. Con mucho esfuerzo lograba atravesar calle por calle y lentamente porque como había llovido con anterioridad, el barro era similar a una pista de patinaje.

Llegué a la mitad de mi destino y la llovizna caía con más fuerza, la gente que pasaba me miraba apenada pero yo caminaba feliz de hacerlo bajo la lluvia.
¡Mentira! Lo único que me mantenía contenta era el beneficio que obtendría luego de dicho trámite.
Cuando por fin llegué al lugar en cuestión (a unas 12 cuadras de casa), la instalación estaba cerrada.

Así que me mojé, me embarré y perdí tiempo en vano, pero aprendí 2 importantes lecciones:

1) Que no debo dejar para más tarde lo que pueda hacer en el momento.
2) Que cuando me susurra una voz por dentro, debo escucharla.

Ahora no me queda mas que esperar 5 días para la realización del trámite. De todos modos sigo con mi convicción de que todo pasa por algo en la vida.

Afirmación:

“Sólo me río de los infortunios, porque se que en mi vida todo es bueno”.

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