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lunes, 18 de julio de 2011

NO TE VISUALICES A TÍ MISMO HACIÉNDOLO, SIÉNTETE HACIÉNDOLO

Por Neville Goddard‏.

...Tengo otra manera de orar. En este caso siempre me siento y me pongo en el sillón más cómodo imaginable, o me acuesto de espaldas y me relajo completamente. Ponte cómodo. No debes estar en cualquier posición en que el cuerpo esté incómodo. Ponte siempre en una posición donde tengas la mayor comodidad. Esta es la primera etapa.


Saber lo que quieres es el inicio de la oración. En segundo lugar construye en el ojo de tu mente un solo evento pequeño que implique que has realizado tu deseo. Siempre dejo a mi mente vagar sobre muchas cosas que podrían seguir a la oración contestada y aíslo una que es la que más probablemente siga al cumplimiento de mi deseo. Una pequeña cosa simple, algo así como estrechar una mano, abrazar a una persona, la recepción de una carta, la escritura de un cheque, o lo que sea que pueda implicar el cumplimiento de tu deseo.


Después de haber decidido sobre la acción que implica que tu deseo se ha realizado, siéntate en una silla cómoda o acuéstate boca arriba, cierra los ojos, por la sencilla razón de que ayuda a inducir ese estado que bordea el sueño.


En el momento que sientas ese agradable estado somnoliento, o el sentimiento de unidad recogida, donde sientes: me podría mover si quisiera, pero no quiero, podría abrir los ojos si quisiera, pero no quiero. Cuando tengas esa sensación puedes estar bastante seguro de que estás en el perfecto estado para orar con éxito.


En esta sensación es fácil tocar cualquier cosa en este mundo. Toma la simple pequeña acción restringida que implique el cumplimiento de tu oración y siéntela o represéntala. Sea lo que sea, entra en la acción como si fueras un actor en el papel. No te sientes detrás y te visualices haciéndolo. Házlo.


Con el cuerpo inmovilizado imagina que el tú más grande dentro de tu cuerpo físico está saliendo de él y que tú estás realmente realizando la acción propuesta. Si vas a caminar, imagina que estás caminando. No te veas caminar, SIENTE que estás caminando.


Si vas a subir escaleras, SIENTE que estás subiendo las escaleras. No te visualices a tí mismo haciéndolo, siéntete haciéndolo. Si vas a estrechar la mano de un hombre, no te visualices estrechándole la mano, imagina a tu amigo de pie delante tuyo y dale la mano. Pero deja tus manos físicas inmovilizadas e imagina que tu mano más grande, que es tu mano imaginaria, está en realidad estrechándole la mano.


Todo lo que necesitas hacer es imaginar que lo estás haciendo. Tú estás estirado en el tiempo, y lo que estás haciendo, que parece ser un sueño diurno controlado, es un acto efectivo en la dimensión más grande de tu ser. Estás efectivamente encontrando un evento cuatridimensionalmente antes de que lo encuentres aquí en las tres dimensiones del espacio, y tú no tienes que levantar un dedo para hacer que ese estado se de.


Mi tercera manera de orar es simplemente sentirte agradecido. Si quiero algo, ya sea para mí o para otro, inmovilizo el cuerpo físico, entonces produzco el estado próximo al sueño y en ese estado sólo me siento feliz, me siento agradecido; agradecimiento que implica la realización de lo que quiero. Asumo la sensación del deseo cumplido y con la mente dominada por esa única sensación me voy a dormir. No tengo que hacer nada para que así sea, porque es así. Mi sensación del deseo cumplido implica que está hecho.


Todas estas técnicas puedes utilizarlas y modificarlas para adaptarlas a tu temperamento. Pero debo hacer hincapié en la necesidad de inducir el estado de somnolencia en que puedas llegar a estar atento sin esfuerzo.


Una sensación única domina la mente si oras con éxito.


¿Qué sentiría, ahora, si yo fuera lo que quiero ser?. Cuando yo sé cómo sería la sensación entonces cierro los ojos y me pierdo en esa sensación única, y mi Yo dimensionalmente más grande entonces construye un puente de incidencia que me lleva de este momento presente al logro de mi estado de ánimo. Eso es todo lo que necesitas hacer. Pero la gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples.


Somos criaturas de hábito y estamos lentamente aprendiendo a renunciar a nuestros conceptos previos, pero las cosas por las que antes vivíamos todavía de alguna manera influyen nuestro comportamiento... [...]


Neville Goddard
Extracto de la traducción: LECCIÓN 4 - NADIE QUE CAMBIAR SINO UNO MISMO
Traducido por Javier E. C.
La lectura original en inglés es LESSON 4 – NO ONE TO CHANGE BUT SELF (Neville Goddard 1948) y fue tomada del sitio http://www.freeneville.com/
(c) Todos los derechos reservados


Enlace a la versión completa:
http://nevilleenespanol.blogspot.com/2011/05/leccion-4-nadie-que-cambiar-sino-uno.html


Fuente:
http://nevilleenespanol.blogspot.com/


 

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