original de Carmen
Esta es una buena pregunta que todos deberíamos formularnos. De hecho, ése es el comienzo, cuando nos damos cuenta de que hemos perdido o carecemos de algo, pero no sabemos de qué se trata. Esa sensación, ese misterio, constituye una especie de despertar a lo que podríamos denominar espiritualidad o simplemente conciencia, que nos lleva, por más que ignoremos de qué se trata, a buscar lo que hemos perdido.
La mente despierta, sea cual sea el nombre que le demos, siempre está tratando de aflorar, enviándonos señales para que regresemos a nuestro auténtico hogar. Alguien dijo, en cierta ocasión, que nuestro único problema es la nostalgia de nuestro auténtico hogar y que, cuando no estamos realmente en casa, enfermamos. Pero nuestro hogar, obviamente, siempre está en el lugar en que nos encontramos. ¿Por qué, entonces, no lo sentimos así? ¿Por qué nos sentimos tan alienados de nuestro hogar y de nosotros mismos? Creo que una de las cosas que siempre estamos buscando es poder sentirnos, estemos donde estemos, en casa; es decir, poder sentirnos en casa en nuestro cuerpo y poder sentirnos en casa en nuestro yo. En este sentido, es como si nosotros, como las palomas, dispusiéramos de una especie de instinto que nos impulsa a encontrar el camino de vuelta a casa.
Yo la llamo la Mente que Busca el Camino o la Mente que Busca la Verdad. En muchas ocasiones, esa mente permanece aletargada pero, el mismo instante en que despierta, toda nuestra vida experimenta una sacudida muy profunda. Entonces se reordenan nuestras prioridades y las cosas que más importantes nos parecían -como la seguridad, la fama, las posesiones o la riqueza- pierden el valor que les atribuíamos y lo más importante pasa a ser descubrir quiénes somos.
Dennis Gempo Merzel - Gran Mente Gran Corazón
No hay comentarios:
Publicar un comentario