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jueves, 29 de abril de 2010

CONTROLA TU PESO MEDITANDO

Extracto revista Vivir Mejor, del Dr. Alberto Cormillot

Quizá sepas que la meditación es una excelente opción para relajarte, pero ¿te imaginaste alguna vez que podría ayudarte también en tu tratamiento para adelgazar?

La meditación aumenta el estado de consciencia y disminuye las probabilidades de sucumbir al “comer emocional”.

Además permite:
*Prestar atención a lo que esta haciendo.
*Volverse más cuidadoso de sus acciones o sus consecuencias. Por ejemplo: si prestas atención a como reacciona tu cuerpo cuando consumes una comida grasa o comes en exceso, descubrirás que te sientes adormecido, lento, y que tu pensamiento se vuelve confuso. Como resultado, buscaras mejores elecciones.

Aplicar la meditación a la vida cotidiana requiere solo de tiempo y práctica. Cuando logres hacerla parte de tu rutina, veras que pronto podrás enfrentar mejor cualquier situación estresante, incluso aquellas que se relacionan con la tentación de sucumbir ante alimentos poco convenientes.

PASOS BASICOS PARA MEDITAR

1) Elige el lugar donde vas a meditar cada día. Procura un espacio donde no seas interrumpido. Quizá un rincón de tu dormitorio sea un buen lugar.

2) Siéntate cómodo, ya sea sobre el piso con tu espalda apoyada o en una silla con los pies descansando sobre el piso. Si lo prefieres puedes apoyarte contra una pared, utilizando un almohadón.

3) Inicialmente concéntrate solo en respirar, sin tratar de controlar o cambiar tu patrón de respiración normal.

4) Evita las distracciones. Si tus propios pensamientos te distraen no te enfoques ni te concentres en ellos. Di: “Luego me ocupare de esto”. Regresa la atención sobre tu respiración. Si tus pensamientos continúan atropellándose en tu mente, mantén un anotador y lápiz a mano. Anota las preocupaciones, pensamientos o problemas que temes que te distraigan de tu meditación y prométete que los enfrentaras cuando hayas terminado.

5) Puedes elegir una palabra como “delgado”, o tu alimento favorito como “mantra” (frase que se repite una y otra vez durante la meditación).

6) Repite constantemente la palabra que elegiste. Cántala. Solo enfócate en la palabra, en ninguna otra cosa. Deja que el sonido vibre a través de todo tu cuerpo. Permite que la palabra resuene desde tu abdomen y déjala ir a tus manos y tus pies. Permite que tus músculos se muevan mientras cantas la palabra. Sugerencia: enfoca tu mente sobre esa palabra hasta que aparezcan asociaciones. Por ejemplo: si eliges “hambre”, la primera asociación podría ser “lleno”.

7) Piensa sobre la conexión entre ambas palabras por 5 o 6 segundos. No trates de encontrarle un sentido emocional, tampoco pretendas obtener un conocimiento mas profundo. Eso puede hacerse fuera de la meditación. Regresa a tu mantra y espera la siguiente asociación. Realiza este ejercicio de meditación unos minutos –los que puedas- todos los días, durante por lo menos 6 semanas. Puede ayudarte a serenarte y mejorar tu relación con la comida.

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